ARTESANÍAS EN BARRO.
Siempre dentro del género de trabajo de barro hay quienes se dedican a la fabricación de comales, ollas, cántaros, los cuales cumplen primariamente con la labor práctica (como es en su origen todo arte popular): sirven para cocinar o para guardar alimentos y bebidas en las casas de campesinos o de gentes sencillas, pero secundariamente pueden ser comercializadas como adornos exóticos o típicos para las casas de salvadoresños de las clases media o alta. Es el caso de la cerámica de Guatajiagua, en el departamento de Morazán: desde hace unos pocos años se ha puesto de moda los comales, tarros y ollas enormes de color negro azabache para decorar la cocina o el salón del comedor de alguna casa elegante.
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ARTESANÍAS EN MADERA.
Además del barro para elaborar jarros y animalitos de todo tipo, desde hace un tiempo se trabaja también la madera en talleres artesanales que hacen toda clase de adornos: cofrecitos, cuelga-llaves, servilleteros, nacimientos. Por lo que respecta a la madera, también hay que señalar la existencia de lugares
donde se fabrican imágenes para las iglesias.
Tradición que viene desde la época colonial, aún ahora encuentra continuadores: cristos e imágenes de santos que se elaboran por encargo en Izalco, Sonsonate y Ataco, departamento de Ahuchapán. También las máscaras para historiantes se elaboran en esos talleres de larga tradición.
ARTESANÍAS DE TULE Y MIMBRE.
Nahuizalco está situado a 6.5 kms. al norte de la cuidad de Sonsonate, su nombre significa cuatro Izalcos. Posee mucha tradición indígena y de artesanos. Todavía se pueden apreciar personas indigenas con sus vestimentas tradicionales, las cuales se dedican a trabajar el petate, carteras, alfombras, canastas, cestas y finos muebles tejidos con flores naturales como el tule y el mimbre; se pueden encontrar en la infinidad de talleres (a la orilla de las calles) que siempre tienen abiertas sus puertas para recibir a los compradores.