Descubriendo la zona occidental


Danza.

Son los bailes populares que cumplen una función social, uno de los bailes más conocidos es el "Torito Pinto". También se encuentran "El carnaval de San Miguel", "Adentro Cojutepeque", "Ahuachapan", "El Carbonero"... Que son de los más populares. También existen otros tales como: "Las Cortadoras", "Las Floreras del Boquerón", entre otros. Estos bailes en cierta forma comprenden gran parte de la cultura salvadoreña. 
 
 

VESTIMENTA.

En El Salvador existen diferentes tipos de trajes típicos, en la cual la mayoría son utilizados en diferentes festividades, aunque hay algunos pueblos que aún utilizan éstos. En el traje femenino es común ver elementos como un escapulario, un chal, un paño y diferentes adornos de colores, y con tela de algodon y pueden estar con una falda y una blusa, o un vestido, en el calzado se usan sandalias. En el traje masculino es común ver un traje de algodón, también en la fiestas tradicionales, se utilizan jeans modernos, con una camisa de manta, en el calzado sandalias o botas, y un sombrero. Realmente son de carácter rural, y presentan diferentes variaciones dependiendo del lugar.
 
 

MITOS Y LEYENDAS.

El cadejo.

El cadejo es un perro misterioso que aparece en los caminos solitarios a los trasnochadores. Se dice que cuando su silbido se oye cerca, es que el cadejo esta lejos. Pero se habla tambien de dos cadejos: de un blanco, el de las mujeres, y de otro negro, el de los hombres. O de que el blanco es bueno y el negro es malo. El hecho es que, al acercarsele al desdichado, los ojos del cadejo brillan como brasas y, a consecuencia del susto, el pobre desafortunado puede acabar loco, "jugado" o, al menos, enfermar con fuertes fiebres y calenturas.
 
 
 

La siguanaba

 
Según la versión salvadoreña la siguanaba o sigueguet, se aparece generalmente a también a los trasnochadores; se le ve en los ríos lavando ropa a la luz de la luna o de las estrellas. Características suyas son el pelo larguísimo y las dos chiches o pechos que le cuelgan hasta la cintura. Parece que el susto mayor de quienes se topan con ella se produce cuando oyen su risa burlona, al mismo tiempo que el ¡plash!...¡plash! de las chiches azotadas contra el agua. El mito tiene su origen en un antiguo relato pipil según el cual una bella princesa indígena cometió el delito de adulterio; por ese delito los dioses la castigaron a sufrir eternamente tan horrible transformación.
 
 

El Cipitio

Este duende se dice que es el hijo de la siguanaba, aunque posee un carácter festivo e inocente del que carece la madre. El Cipitío, por otra parte, es bajito, barrigón y tiene los pies vueltos al revés, de modo que sus huellas engañan: uno cree que va en una dirección cuando en realidad lo hace exactamente en la contraria. El personaje Cipitío puede estar emparentado con una deidad precolombina: el XipeTotec. Este dios era el patrono de la regeneración vegetal, por consiguiente tendrían que ver también con él los frutos y las flores. La leyenda dice que es un duende enamorado que les tira pequeñas pidresitas a las muchachas que le gustan.